¡Necesito unas zapatillas deportivas!

Necesito unas bambas. Las mías están tan hechas polvo que empiezan a tener agujeros. Creo que si existen las "Nike Air Jordan" deberían ponerle nombre a las mías: "Reebok Gruyere Paba".

Llevo días viendo en el escaparate de una tienda super nueva y super cara unas zapatillas deportivas que me encantan. Son marrones, con velcro y llevan escrito en uno de los lados 4US. Ayer le comentaba a una compañera de trabajo que me gustaban mucho y se las describía al detalle. Llegamos a la conclusión que mejor ni mirarlas porque en ese aparador se exhiben prendas de Dolce&Gabanna, así que imaginábamos que valdrían un pastón.

Bien, ayer por la tarde volviendo de la oficina pasé nuevamente por delante de la tienda. Alguna vez ha dado la casualidad de que por mucho que una prenda estuviese en un escaparate de comercio poco económico he tenido la inmensa suerte de que era lo más barato y asequible de todo y que tampoco estaba tan mal en relación calidad-precio. Tengo un abrigo italiano que demuestra con creces esa teoría.

Pues bien, cuando ya había pasado la tienda en cuestión, di media vuelta, volví sobre mis pasos y entré a preguntar por el precio de las dichosas zapatillas que me traían por el camino de la amargura.

La dependienta era una mujer que quizá estaba entre mis 37 años y los 50. Digo quizá porque si vas pintada como una puerta, con el pelo rubio oxigenado, delgada como un spaguetti y con pinta de ser más falsa que un duro sevillano; pues como que te hace dudar un poco. Me mira de arriba a abajo (eso lo hacemos TODAS, más que nada para clasificar a la que tenemos delante) y después de ese repaso general le pregunto qué precio tienen las 4US. Me vuelve a repasar (eso ya es irritante) y me suelta: 220 EUROS. ¿CÓÓÓÓÓÓMOOOOOOO? ¿220 EUROS? ¿Están chapadas en oro?

Salgo en estado de shock de la tienda. Seguro que la dependienta/Barbie esperpento todavía se está riendo. Le envío un sms a mi compañera diciéndole: "Ya pueden ser bonitas las bambas, ya, ¡220 euros!" Y ella me contesta: "Mal gusto no tienes, cabrona".

Feliz fin de semana.