jueves, febrero 08, 2007

Que sepas que no me das pena, capullo

El título del post está dedicado a un "algo" (porque no merece llamarse persona, ni individuo, ni siquiera ente) que está en huelga de hambre desde hace un tiempo porque está encerrado en la cárcel y cumpliendo condena por 25 asesinatos. Ya sabéis todos quién es.

No entiendo nada de política, creo que ya lo he dicho otras veces. No sé en qué medida se puede influir en un gobierno haciendo de una pataleta infantil: si no me sacáis de la cárcel no como, ¡hala!.

Sencillamente, y tal como le he dicho a mi señor esposo: si ha de cumplir una condena que la cumpla. Mucho pedir proceso de paz y chantajear con su propia salud pero ni pestañeó cuando apretaba el gatillo o el artefacto que hace estallar las bombas matando a gente que eran hijos, padres o maridos de otras personas. No se inmutó. Ahora que ha visto que parece ser que se va a quedar en el trullo decide que va a hacer huelga de hambre para salir. Por mí que se muera. Por la única que sufro es por su madre, por lo que tiene que estar pasando la madre desde que a este se le fue la olla.

Y me parece muy bien que hayan decidido que se quede donde está. Nadie le pidió jugar con su vida negándose a ingerir alimentos. Es más, un periódico inglés hace poco le hizo una entrevista y logró sacar una foto en el hospital donde está ingresado. Ver su mirada me heló la sangre: fría e indiferente; resuelto a salirse con la suya como siempre ha hecho.

Conclusión: para mí es su puto problema si no quiere comer. De hecho, no sé qué hacemos pagándole a tipos como esos la estancia en la cárcel y la asistencia médica.

2 Comments:

Blogger Jesús Alcalde Vilás said...

Pues porque somos todos muy superchulis y majos. A mí lo que gustaría es ver reventar a ese hijo de puta, así, en plan políticamente correcto...

8:19 p. m.  
Blogger josuered said...

No esta en la cárcel por los asesinatos. Por eso ya ha pagado su deuda con la sociedad.

Está en la cárcel porque al gobierno le da miedo soltar a un terrorista, podría ser una patata caliente llegadas las elecciones.

2:25 p. m.  

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