viernes, junio 09, 2006

Guárdalo todo que ya servirá para algo

En mi familia, existe un cierto defecto o virtud, según cómo se mire, que consiste en guardarlo absolutamente todo. Lo que no les cabe en los pisos... ¡a casa de mi abuela que para algo es una casa y caben más cosas!
Yo a veces no entiendo eso de guardarlo todo, aunque tenga vente o más años. En mi casa hay una manta que ha pasado ya por tres generaciones, creo que tiene unos cincuenta años. Pero es de esas mantas "de las de antes". Aún está perfecta y calienta como pocas. La usamos para taparnos en el sofá cuando vemos la tele o el proyector.
Pero hay cosas que se guardan sin sentido. Pongamos por ejemplo una falda mía. La prenda en cuestión me la compré hace unos diez años. Es larga, de lino, azul con florecitas de un azul más claro. Me he cansado de verla y de llevarla. Hace cosa de dos años, mi madre (que es una de las principales "guardalotodo") me pilló metiéndola en una bolsa para deshacerme de ella, y me la cogió diciendo "esto seguro que le gusta a tu hermana, dámela que ya verás cómo se la queda". Analicemos la situación: mi hermana gasta una 38, a lo sumo una 40. Yo gasto la 48 en según qué cosas. Mi hermana es más baja que yo, así que una falda larga no es que le quede muy bien. Y a mi hermana le gusta más que a mí llevar pantalones.
Total, que misterio de los misterios, la falda aparecíó en septiembre pasado en casa. ¿Cómo llegó hasta allí? Ni idea. Pero una cosa sí que me ha quedado clara: la he metido en una bolsa y ha ido a parar a la Humana, eso de donar ropa usada.
Pero lo más original que se les ha ocurrido guardar ha sido... una escobilla del WC. Sí, sí, como lo leéis. Murió una tía de uno de mis tíos y, como no tenía herederos (vivía de alquier y todos sus trastos estaban allí) pues fueron varios miembres de la family a vaciar la casa. Mi padre arrasó con todos los libros que tenía la buena mujer allí. Con su manía de que no se tira nada (y menos un libro, aún guarda en casa la "Enciclopedia de las Artes Marciales") se llevó una burrada de libros, a cual más malo, para casa.
Pero lo más sorprendente fue cuando uno de mis familiares abrió el maletero de su coche nuevo para enseñárnoslo y nos encontramos con la escobilla. Chiringui aún está traumatizado por la impresión. "¿Para qué querrá alguien una escobilla usada?" Suele repetir. Y yo siempre le contesto: "tranquilo, que seguro que le encuentran algún uso".
Buen fin de semana y a descansar. ¡Ah! En Barcelona se abre el Salón del Cómic. Si algúna/o afortunada/o puede ir, que me de envidia explicándome qué había.

1 Comments:

Blogger Silviqui said...

Pues debemos ser parientes lejanas, majica. En mi casa no se tira nada, y menos los libros. Son sagrados. En casos extremos se donan a la biblioteca municipal. Nosotros hemos llegado al extremo de alquilar entre todos un local y mi padre se lo pasa pipa ordenando y reordenando cajas de ropa de deporte de mi hermana, mi colección desde el número uno de Qué leer y Descubrir el arte y mis viejos libros de Austral...

5:19 a. m.  

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