domingo, abril 30, 2006

Reunión de vecinos

El viernes me decidí a ir a la tercera reunión de vecinos a la que asisto desde que hace diez años vivo en este bloque. Me subí un taburete, porque se hace en la entrada al edificio y allí, obviamente, no hay sillas. Llegué cuando estaban unos cuantos reunidos esperando al resto. Comentaros que de 32 familias que viven en las dos escaleras, sólo estuvimos unos doce, más o menos.
Bien, una vez decidido empezar la reunión, el tesorero anunció que dejaba el cargo después de veinticinco años de ejercer. Es un abuelito muy amable y educado. El presidente, que es un hombre de unos cuarenta, más o menos, nos informó de la cantidad que había en el banco y que pertenecía a la comunidad. Una vez leída, saltó el típico listillo, un hombre de unos sesenta y pico que no te saluda ni así te caigas muerto y que es un rancio de cuidado diciendo que, si había "sólo" ese dinero era porque el tesorero se quedaba algo.

Fue divertido y a la vez patético ver enfrentarse a dos hombres de más de sesenta años porque uno era un impertinente y el otro se ofendió con razón. Divertido por la sencilla razón de que, el maleducado seguramente se pasa el día quejándose de "esta juventud de hoy en día" cuando la poca "juventud" que asistió a la reunión nos empeñábamos en poner paz. Y patético porque da pena que un tío así estropee las cosas de esa manera. El pobre ex-tesorero pretendía llevarlo a los tribunales y todo por calumnia. Total, que el presidente fue el que puso las cosas en su sitio. A uno le pidió calma educadamente y al otro le dijo que se callara y punto. Además, se le ofreció que ocupara él el cargo y se negó en redondo. Entonces, ¿para qué demonios abres el pico, encanto?

Acabado este incidente, la reunión transcurrió como deberían ser todas, se habló, se formularon preguntas y se dieron soluciones. Se aprobó un presupuesto y quedó pendiente otro.
Cuando la reunión acabó volví a casa y Chiringui me preguntó por el motivo de la pajarraca que se había oído. Se lo comenté diciéndole que con ese señor, el toca narices, lo único que se debería hacer es pasar de él, porque es un grosero.
Total, que me lo pasé muy bien, para mi sorpresa y que me apunto a la próxima reunión, que promete ser más divertida aún. Se va a hablar de qué vecinos mantienen limpia la escalera y qué hacer con los que no. Me llevaré una hamaquita en vez de un taburete. Ya os contaré.

1 Comments:

Blogger Unknown said...

Es que hay algunos que son para matarlos, sobre todo la vecina-Camela

10:47 a. m.  

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