Un día más
Ayer bajé a Barcelona a hacer la enésima entrevista de trabajo. Estuve por el centro, por Rambla Catalunya y Balmes. Qué montón de coches, qué montón de tiendas, qué montón de gente arriba y abajo. Todo el mundo iba arregladito: con trajes, trajes chaqueta, ropa elegante...
Y esta mañana, el contraste. He llevado a mi niño al cole, he ido a recoger una chaqueta de Chiringui a la tintorería y cuando volvía a casa me he encontrado con algo que no había visto nunca, al menos que yo recuerde: un chico paseando por la calle en pijama, con la bata y las zapatillas de estar por casa puestas. Y con paso decidido, como indicando que a ver quien era el guapo que le comentaba algo sobre su indumentaria. Me he sorprendido bastante. Porque ver a la típica maruja con la redecilla en el pelo y las zapatillas vale, pero un chico que debía rondar los veinticinco años... En fín, admiro a la gente que no tiene sentido del ridículo o ni siquiera sabe lo que es. Está claro que todavía se lleva aquello de que: "ande yo caliente, ríase la gente".
3 Comments:
A lo mejor el pijama era nuevo...y tenia ganas de lucirlo! ;-)
Fijo que era un yonki recien chutado
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