Las elecciones catalanas

Buff! La semana que viene son las elecciones en Catalunya, nuestra tierra. Y ya hace tiempo que nos están bombardeando con carteles, mitings y demás idioteces para ordenarnos a quien hemos de votar y a quien no.

Hace un par de semanas, al salir de la estación de St. Cugat para ir al curro, me encontré con la graciosa, aunque nada sugerente, fotografía de un hombre en pelotas tapándose sus genitales y al lado ponía una frase que más o menos decía así: "Por fín ha nacido el partido para el pueblo".

Luego, éstas fotos fueron sustituidas por las de los líderes de Esquerra haciendo ver que compraban en el súper o trabajaban, como cualquier hijo de vecino. Y seguro que he visto alguno de CIU pero la verdad, no les he prestado atención. De éstos últimos lo que más ha sobresalido ha sido el famoso DVD de la historia según Artur Mas del tripartito catalán. Es curioso que no haya reflejado que durante los últimos años del mandato de Jordi Pujol, su antecesor, también había un pacto entre ellos y los populares que SI era más propio de un thriller que la triste historia del último gobierno catalán con Maragall al frente.

También está José Montilla, ese hombre que al parecer; a parte de ser un maleducado y grosero con según que periodistas, tiene la mirada igual de turbia que la hiena que acompaña a Bush.

Pero de los que no he oído nada todavía y quizás porque no he querido prestar atención es a los vasallos y al señor del PP en Catalunya, el señor Piqué. Ya digo, puede ser que no haya querido oir absolutamente nada de lo que dice esta pandilla.

Y, claro, para postres, una no deja de pensar: "si mandaran las mujeres, otro gallo cantaría". A ver, cada uno barre para su casa. Pero en fín, pilarín, yo que no entiendo de política y una vez, al intentar expresar lo que pensaba de este tema, me llamaron anarquista, así que cerré la boquita y no he vuelto a decir ni mú, por si un caso. Eso está perseguido, ¿no?

De todas maneras, siempre pasa igual: la persona que llega al poder, deja de ser humano y se convierte en un ser codicioso (porque el poder siempre engancha) y capaz de bajarse los pantalones o subirse la falda ante cualquier individuo que le prometa que tendrá más poder y más capacidad para ganar pasta y joder al enemigo. Eso es tan cierto como que sale el sol cada día.