Barcelona
La ciudad que siempre he adorado. Ha cambiado mucho.
Hoy, ya que mi hijo se iba de excursión he aprovechado para hacer una gestión en Barcelona. Siempre me ha gustado esa ciudad; nací en ella. Me encantaba pasear por su casco antiguo: la Plaça del Pi, la Catedral, la Plaça Sant Jaume... ver el ajetreo diario y la muchísima gente que vive allí. De hecho yo también intenté comprar un piso pero no os podéis imaginar lo carísimos que son. Acabé comprándome uno en Rubí, que me salió mucho más económico.
Pues bien, las dos últimas veces que he bajado a la Ciudad Condal la he encontrado como deslucida. No sé, para mí ya no brilla con aquel esplendor post juegos olímpicos. Se ha convertido en una ciudad gris, con mucho tráfico, gente por todas partes, constantes obras en sus calles y mucho ruido. No la veo como antes. Ha perdido su encanto. Quizá está en horas bajas , no es la misma. Y eso que he ido andando por la Rambla de Catalunya, el Paseo de Gràcia, la Plaça Catalunya y Portaferrissa; los lugares más visitados de la ciudad aparte de las obras de Gaudí.
Me entristece tener que decir esto. Es mi ciudad favorita dejando a un lado París. Y Barcelona me ha decepcionado las últimas veces que he estado allí. ¿Por qué será?
Por cierto, le he comprado a Chiringui una caja de bombones que van a durar menos que lo que yo he escrito este post, que han sido diez minutos. Para que luego se queje de que no lo cuido.
¡Buen fin de semana!
1 Comments:
Y me quejo con razón!
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