domingo, febrero 05, 2006

Cita a ciegas

¡Ay, si hubiera sido éste...! ¡Otro gallo hubiera cantado!

Hace muchos años, a mi hermana no se le ocurrió otra cosa que montarme una cita a ciegas. Me lo dijo dos días antes y me informó de que no podía cancelarlo. Según ella el tío era rubio (verdad), alto (verdad), ojos azules (verdad), guapo (no tan verdad) y estaba forrado (eso sí que era verdad).

Vale. Me arreglé y a la hora convenida llegué a mi restaurante favorito en Barcelona. Uno muy pequeñito e íntimo. El personaje en cuestión fue puntual, no en vano es inglés . Era unos cinco o seis años mayor que yo, y ahí ya empezamos mal porque a mí me gustan más jóvenes. El único que escapa a esta condición es mi adorado Keanu Reeves. Empezamos a cenar y de buenas a primeras ya me pareció un perfecto imbécil: que si yo tengo pasta, que si vivo en una casa súper grande (sí, era pijo, lo de super lo decía), que si se me han puesto a vivir inmigrantes en los bloques de atrás de casa (¿y tú qué eres, imbécil, si vienes del Reino Unido?) y lindezas por el estilo.

Yo era y sigo siendo muy ingenua, pero tengo un sexto sentido que suele avisarme siempre de que hay personas que no son como deberían ser.

Pues el tío este me pareció un arrogante, engreído y súper enterado. Intentó tomarme el pelo diciéndome que él no sabía quien era James Dean (alias “el perfecto” para mí) y que él sólo conocía las películas de Rambo y las de James Bond. Que sólo le gustaba el football y que no leía nunca. Al final, cuando me llevó a casa a eso de la una de la mañana, se ve que le gusté y se empeñó en que tenía(porque sí) que ir con él al día siguiente a un partido de hockey. Allí se acabó la chica buena y educada. Le dije que no, que ya tenía otros compromisos (mentira y gorda) y que gracias por la velada pero no. En cuanto entré por la puerta de casa, me cambié, me puse mis tejanos y me fui a bailar al bar musical de siempre y pude aprovechar algo de la noche.

Por suerte no lo volví a ver. No me llamó y a mí me pareció perfecto. Al día siguiente le ordené a mi hermana que no hiciera más de Celestina porque no es lo suyo. Celestina hubo una y acabó fatal, así que nunca más.

5 Comments:

Blogger Mr.Celofan said...

Chiringui está mucho mejor que el Keanu, ¿ o no ?

10:23 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

¡Donde vas a parar! Aparte de estar como un tren, lo tengo mucho más cerca... al ladito mío en la cama... je,je,je! Besos, celofán

9:34 a. m.  
Blogger Unknown said...

El Keanu es un pelacañas a mi lado, ademas mi efecto bala es mas rápido, mira aqui al lado como rulo miramira ooOOooo

5:50 p. m.  
Blogger Meg said...

Ains, no me hables de citas a ciegas... Una noche, después de suspender la última asignatura de la carrera, quedé con mis amigas para desahogarme y me encontré con un "regalito" en forma de mini-hombre.
Mono, era mono, la cara que tenía no era de guapo-keanu.
Simpático, también, me reí mucho con él.
Sobón, un rato, le dije que si seguía así nos detendría la policía.
Pero... llegado al momento cumbre, descubrí porqué era un mini-hombre y le llamaban "El Chiquitín". Pa' quedarse muerta. Una lástima tantas horas desperdiciadas esa noche, con lo bien que me hubiera venido el emborracharme y nadar en martinis.

Lo peor es lo he vuelto a ver miles de veces (es lo que tiene vivir en una ciudad relativamente pequeña) y en un par de ocasiones ha hecho el amago de volver a salir.

Quita, que no, que no. Que yo sí que me estoy reservando para Keanu.

11:11 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Muy bueno, Meg. Y desde luego, entiendo perfectamente que te reserves para Keanu... ya me explicarás como te va con él! Besos.

11:18 a. m.  

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