martes, enero 31, 2006

Libros



Como hoy no tengo muchas ganas de escribir nada ya que estos dos días de principio de semana han sido un pelín nefastos, voy a hacer una lista de mis libros favoritos. Mr. Celofán hace tiempo que puso la suya, así que supongo que me toca a mí.

1º Crimen y Castigo. Fiodor Mijailovich Dostoyevski. Sublime. En cuanto pueda me lo volveré a leer... ¡por quinta vez! Siempre que lo leo descubro algo apasionante.

2º David Copperfield. Dickens. Era el favorito antes de leer el que ahora es el número uno. De este sí que no sé las veces que llevo leídas. Hace tiempo que perdí la cuenta.

3º Jane Eyre. Charlotte Brönte. Es encantador.

4º Mansfield Park. Jane Austen. Cada vez me gusta más.

5º La Cartuja de Parma. Stendhal. Ahora he cometido la locura de conseguir que me lo regalen en francés, junto con un diccionario, claro está. Intentaré leerlo en su idioma original, a ver qué pasa.

6º El péndulo de Foucault. Umberto Eco. Difícil de olvidar.

7º La Regenta. Clarín. Es uno de los poquísimos libros de habla hispana que me han gustado.

8º Drácula. Bram Stoker. Eso es una novela de miedo y lo demás son tonterías.

9º El misterio de la cripta embrujada, El laberinto de las aceitunas y Sin noticias de Gurb. Eduardo Mendoza. Me muero de risa con estos tres. Son divertidísimos.

10º Cuentos de Perrault. Un libro que tiene mi madre en su casa y que le pido prestado de vez en cuando. Están mis dos cuentos favoritos: El gato con botas y La sagaz princesa o las aventuras de Picarilla.

Quedan muchos más... adoro leer. Pero de todas maneras, estos son los que más me han impactado.

lunes, enero 30, 2006

Odio a Camela


Bajo la foto, en el Google ponía "Camela Dominadora"... no sabía que mi vecina se vestía así.


En el bloque de pisos donde yo vivo hay dos escaleras; dieciséis familias por escalera. Tenemos varias familias de chinos, una de musulmanes y en la portería se hacinan tres parejas de sudamericanos. Bien, la familia de musulmanes son en total ocho personas y no se les oye, sólo al bebé pero es normal. A los chinos sólo se oye a la madre pegarle bronca a los hijos y es muy divertido oír la bulla en su idioma. Y a los sudamericanos sólo se les nota por el olorcillo tan rico a especias que sale de su casa.

¿Y quien es la que hace más ruido de todo el bloque, al menos por mi lado? Mi querida vecina. Madre soltera de dos hijos, niño y niña, de corta edad. Cada día tiene que poner los puñeteros Camela a todo volumen. Yo no sé qué tiene ese grupo pero desde luego nunca ha sido mi estilo ni lo será. Os juro que cuando a eso de la una del mediodía se oye en toda la escalera la musiquita de marras (imaginaos cómo se oirá en el piso de al lado, es decir, el mío) me entran ganas de coger el Home Cinema que tiene mi marido instalado en otra habitación, montarlo en el comedor y ponerle música house con el suficiente volumen para que se hunda el bloque.

Pero claro, luego piensas que no vas a ser tan cría como ella... y te contentas con montar un pollo con tu hijo pequeño: tú con una cacerola y una cuchara de madera armando escándalo y el peque con dos tapas de sartenes a modo de platillos. Mi pobre marido se viene derechito al ordenador y ahí se queda hasta que acaba la fiesta.

Lo curioso es que a veces baja la música. Otro día os contaré algo sobre su Romeo particular.

Que tengáis un buen lunes.

domingo, enero 29, 2006

Marianico el Corto

Así, me gusta, quitando TODA la porquería que su partido dejó.

Que quede bien claro: no me gusta la política. De hecho, no entiendo ni de derechas, ni de izquierdas ni de centro. Me hago un lío. Para mí los políticos siempre hacen lo mismo: una vez llegan al poder se acabaron las promesas y los buenos propósitos. Son humanos y como tales una vez tienen "manga ancha" para hacer lo que quieran se corrompen.

Pero el caso que me ocupa hoy es asombroso, al menos para mí. Ayer estaba mirando las noticias, más que nada por el temporal de frío que ocupa a toda la península; cuando oí algo que me dejó bastante sorprendida. Resulta que el individuo de la caricatura está intentando recoger firmas para conseguir que se haga un referendum para opinar sobre l'estatut de Catalunya.

A ver, que me aclaren esto, por favor. O sea, que un estatut que por lo que me han dicho ya tienen otras comunidades autónomas como la valenciana o la vasca y que, por la sencilla razón de que es para Catalunya ha de ser votado por todo el mundo. Pero en cambio, cuando su gobierno estaba en el poder y había manifestaciones, declaraciones y un montón de protestas por entrar en la guerra de Irak, a ninguno de ellos (del partido en el poder) se les ocurrió hacer un referendum para saber si queríamos entrar en ese triste y vergonzoso episodio de la historia que costó y está costando vidas a niños, mujeres, hombres ancianos... Pasaron olímpicamente de todos y nos hicieron entrar en ese conflicto. A ver, ¿NO ES MÁS SERIO UNA GUERRA QUE UN ESTATUT? ¿Qué pasa? ¿Ganas de tocar las narices?

Señor mío, está usted quedando como el título de mi post y encima patético. Y no escribo esto desde mi vertiente catalana, sino como habitante de este mundo en el que vivimos y en el que parece que cada vez hay menos corazón y más afán de poder y riqueza. He dicho.

sábado, enero 28, 2006

El código da Vinci

Aquí Mona Lisa esperando ver a Tom Hanks y la señorita Tatou en el Louvre

Debo de ser una de las pocas personas que ha leído el libro de Dan Brown y no le ha gustado. Es sorprendente cómo ha arrasado esta novela. Y yo me hago cruces del por qué de su éxito. No es que sea mala, no, pero para mi gusto es estresante: se pasan toooooodo el libro corriendo de un sitio para otro, sin parar, en peligro constante y ¿para qué? Para descubrir que el cuerpo de María Magdalena está en no sé donde de Europa.

Su éxito quizá se deba a la polémica que ha levantado este libro en la comunidad cristiana internacional; creo que hasta el Vaticano ha metido sus narices en el tema. A mí me da igual la polémica si es un buen libro.

No sé, ya me pasó otra vez con un best seller: "El Ocho". También arrasó aunque no se llegó a hacer una película y a mí no me apasionó tanto. Incluso hubo quien se compró la segunda parte, creo que se llamaba "El círculo mágico".

En fin, que si queréis leer algo en que se mezclen los misterios, los asesinatos y la iglesia mejor leer "El nombre de la rosa" de Umberto Eco y que también tiene peli; una excelente adaptación protagonizada por Sean Connery y un jovencísimo Christian Slater. Y si queréis algo de misterio, asesinatos y templarios también hay algo del mismo autor, "El péndulo de Foucault". Genial.

Abrigaos bien que hace muchííííísimo frío.

viernes, enero 27, 2006

Ser o no ser.... ¿pintor?



Aquí tenéis al famoso escritor en una autocaricatura.

Hay gente que te encuentras por la vida que te sorprende; y siempre que la vuelves a ver te sigue sorprendiendo. En particular, yo alucino con los "listos", esas personas que se creen que lo saben todo y te hablan de física cuántica exactamente igual que si te hablan de hacer una tortilla de patatas aunque no tenga ni idea de las dos cosas.

El caso es que en el colegio donde yo trabajaba, venían a hacer reformas o reparaciones dos hombres que parecía que llevaban escrito en la frente: "Yo soy muy listo". Uno de ellos era el típico que si tú habías ido a la luna él se había ido a Marte o a Júpiter; si tú sabías de cocina, él era el profe de Arguiñano y así. El otro era exactamente igual pero con un defecto mayor: que encima de ir de listo iba de gracioso. Una combinación letal.

Una vez vinieron a reparar unas goteras del techo del salón de actos. Tenían que tapar las goteras y pintar la zona afectada. Ya de paso pintaron todo el techo y así se sacaron unas pesetas de más (todavía no habia entrado el euro).

Cuando acabaron le tocó ir primero a servidora para comprobar si el trabajo había sido realizado con éxito. Luego tuvo que venir el conserje porque claro, yo lo puedo ver todo muy bonito y bien pero... ¿y si no han tapado bien las goteras? El conserje había sido albañil y entendía de esto un rato largo.

Bajando hacia el lugar que había que supervisar iba hablando con el listo-graciosillo, comentando lo que habían hecho. Y cuando me dice que habían pintado muy bien el techo, añade:

"Claro, lo hemos hecho mejor que Shakespeare, que era pintor... ¡mira cómo le quedó la Capilla Sixtina!"

¡Ay madre mía! En ese momento mi cerebro tuvo un cortocircuito. Si de algo presumo yo en esta vida aparte de mi guapísimo hijo es de que soy una rata de biblioteca. En cuanto oí aquella afirmación con un tono de voz tan seguro y decidido me hizo dudar de mí. Empecé a pensar: "un momento, vayamos por partes, ¿Shakespeare no escribió Romeo y Julieta, Macbeth y todo eso? Debe ser otro Shakespeare pero no he oído nunca hablar de eses. ¿El que pintó la capilla esa no era Miguel Angel? A lo mejor se llamaba Miguel Angel Shakespeare..."

Comentaros que, en cuanto me libré del pesado ese me fui directa a la biblioteca temblando de miedo por si acaso me había equivocado. Y para mi alivio (y posterior cabreo conmigo misma por pensar que había dudado) yo tenía razón: Shakespeare era el famoso autor de Hamlet y compañía y el que pintó en el Vaticano era Miguel Angel, pero eran dos personas diferentes.

Ni que decir tiene que las goteras volvieron a salir a los tres meses de la reparación supuestamente "perfecta". ¡Menos mal que Miguel Angel hizo mejor lo de la Sixtina!

Feliz fin de semana y abrigaos mucho.

jueves, enero 26, 2006

Una noche en la ópera

Aquí tenéis: el pobre muriéndose y mi madre deseando que la palme.


Es obvio que no todo el mundo tiene los mismos gustos ni las mismas aficiones. Un claro ejemplo de ello fue esa noche en que mi madre, por primera vez en su vida, pudo contemplar una ópera en el mejor teatro de la península ibérica.

Hace muchos años, tuve la inmensa suerte de que me regalaran cuatro entradas para asistir a una ópera en el Gran Teatre del Liceu, en Barcelona. Fue antes de que se quemase, así que pude verlo en todo su antiguo esplendor. Era precioso. Y las entradas eran de platea, así que estábamos a unas seis filas contando desde el escenario.

Llamé a mis padres enseguida y quedamos en que iríamos los cuatro: mi hermana, ellos y yo. El espectáculo creo que comenzaba a las nueve. Llegué a casa a las seis y media de la tarde, me duché y los cuatro nos pusimos nuestras mejores galas: la ópera es bastante elitista y la gente suele ir de smoking, al menos aquella noche iban así.

Ibamos alucinados. Aparcamos el coche y nos dirigimos al teatro: el ambiente era de expectación. La obra a representar era Werther y el protagonista era uno de nuestros mejores tenores: Alfredo Kraus, ya desaparecido. Imaginad, una oportunidad única de ver algo único.

Para que lo sepáis, Wether es la historia de un hombre que se enamora de una mujer pero cree que no es correspondido, al final se pega un tiro y muere en los brazos de su amada. Vamos, un drama tope romántico.

Empezó puntual, todo el mundo sentadito y los actores en sus puestos. La obra evolucionó. Era preciosa, tanto de atrezzo como de vestuario y las voces ya ni te cuento. Se hizo el descanso habitual y luego vuelta a la butaca. Estábamos en el final, cuando él está muriendo y, cuando a mí se me estaban cayendo ya las lágrimas (lloro enseguida, soy muy impresionable) por el drama que se vivía en el escenario; oigo una vocecita a mi derecha, no muy alta, pero lo suficiente clara para que lo oyeran todos los que estaban alrededor que dice:

"A ver si te mueres de una puñetera vez que llevas tres cuartos de hora muriéndote"

Ni que decir tiene que en vez de llorar de pena acabé llorando de risa y sofocando las carcajadas y que, cuando miré a la fila de atrás, las dos abuelas que iban emperifolladas y pintadas como puertas estaba indignadísimas y horrorizadas ante semejante comentario. Pero bueno, mi madre había expresado su opinión.

Salimos del teatro todos comentando que había sido una gran noche, que allí no había pasado nada y que a todos nos había encantado.




miércoles, enero 25, 2006

Ciudades sucias

Los perros, sin quererlo, se están convirtiendo en los amos de nuestras ciudades. ¿O son los dueños los que quieren dominarlas y marcar territorios con este sistema?


Estoy harta de la gente que tiene perros. No por los animales en sí, pobres, sino porque cada mañana, cuando llevo a mi hijo al colegio tengo que ir haciendo "slalom" para ir sorteando todas las defecaciones que nos encontramos por el camino. Ha llegado a un nivel que he tenido que escoger una ruta alternativa para llevar al peque porque estoy cansada de sortear estos "regalitos" que deja la gente. Y no soy la única: todas las madres (y algún padre) que lleva o va a buscar a sus hijos a la escuela y que me encuentro por el camino por las mañanas y por las tardes opinan lo mismo que yo.

Y digo yo: señoras/es amos de animales domésticos, especialmente canes, ¿PARA CUANDO VAMOS A APRENDER QUE HAY QUE LIMPIAR LOS EXCREMENTOS QUE DEJAN NUESTRAS MASCOTAS EN PARQUES INFANTILES, ACERAS, PORTERÍAS Y DEMÁS LUGARES PÚBLICOS? Estoy convencida de que, si se dedicaran a recogerlos y juntarlos todos, las empresas de abonos artificiales se arruinarían... ¡habría toneladas de estiércol para abonar los campos de cultivo!

Pero no penséis que sólo es en mi ciudad... hace unos dieciséis años estuve en Bruselas, capital de la unión europea y una amiga mía acabó con los zapatos rebozados: cada cinco metros había "algo" blandito y nauseabundo que interrumpía nuestro paseo turístico. De hecho, creo que miramos más a la acera que a la ciudad en cuestión.

Hala, ahí queda eso. Que tengáis un buen día.

martes, enero 24, 2006

Bienvenidos!


Hola! Empiezo una nueva aventura en esto de escribir. Advierto: soy neófita. ¿El motivo de esta idea de escribir? Creo que hoy empiezo una nueva etapa de mi vida y necesito hacer algo diferente. Seguro que lo del nombre de la página os parece curioso, al menos a algunos. Es una palabra que he aprendido de mi abuela y que yo digo a veces cuando me refiero a mi hijo. Mi marido se quedó alucinado la primera vez que la oyó.

Según mi abuela, la palabra en cuestión significa: cuando alguien, un niño por ejemplo, está muy pero que muy sucio, la expresión "zancochar al niño" quiere decir meterlo en la bañera y dejarlo como los chorros del oro.

Siguiendo con la nueva etapa de mi vida: hoy me han despedido del trabajo. Llevaba un año allí y estaba de baja por depresión por acoso laboral. He recibido una carta de la empresa diciendo que me ponían de patitas en la calle. Y os sonará extraño que con un hijo, una hipoteca de casa, otra de coche y todos los gastos que conlleva una familia me alegre de que me despidan, ¿no?. Creo que los que habéis pasado por esta historia del mobbing me entenderéis.

Bueno, por hoy ya he dado la vara lo suficiente. Espero que al menos disfrutéis alguna vez de mis opiniones y demás historias. Os aviso de que hay anécdotas que tienen su jugo.